viernes, 7 de diciembre de 2007

The Eastern Journey (part 10)




Budapest (parte III) y el tren a ninguna parte





Despues de una noche tan interesante y particularmente revitalizante, dado que no solo la pasé a toda madre, sino que por los problemas monetarios que ya conoces no hubo alcoholización para mi. Así que mientras el resto del hostal sobrevivía su tremenda cruda, yo estaba despierto desde temprano y al 100%. Otra persona que seguramente estaría despierta sería Alex, ya que la noche anterior había quedado de acompañarla a su "run" matutino si me despertaba temprano. Sin embargo, temprano para ella era una definición mucho mas literal, ya que había salido hacía un rato. Y como usualmente tardaba hasta 2 horas en regresar, decidí diversificar la mañana. Así, después de ir a la cocina a prepararme algo con mi magica despensa portatil, me puse a ponderar las opciones para el día.

Había considerado pasarlo explorando el lado de Buda, ir al palacio, todo eso. Pero, había un factor interesante. El día estaba inusualmente claro, soleado y templado. Uno de esos domingos que te invitan a salir pero al mismo tiempo a no hacer nada y solo pasarlo en relax. Lo único que reunía las dos características y algo que es basico de hacer en la visita a Budapest, eran obviamente los baños turcos.

Como sabrán, antes los turcos andaban por toda europa, cuando los hasburgo o esos gueyes los sacaron, se quedaron con sus fabulosas creaciones así como con el café y el té que dejaron (que por cierto, son buenisimos y mas fuertes que una patada a la cara). Estos "baños medicinales" como les llaman localmente, aprovechan el sistema de cavernas y riós subterraneos de aguas termales para conducirlos hacia la superficie a una multitud de saunas, vapores, albercas y cosas por el estilo, localizados en puntos estrategicos de la ciudad.

Los mas populares son, del lado de Buda, los baños del hotel Gellert; mucho mas señorial y high roller, aunque no tan caro y del lado de Pest, el mas popular con los locales y turistas en general, los baños Széchenyi. Estos ultimos son el complejo mas grande de Budapest (segun esto tambien de Europa) y tambien el mas antiguo, se encuentran dentro del parque en el que había estado el dia anterior y segun lets go europe, ademas de poder pagar con tarjeta, podría conocer mas backpackers ya que ese lugar era mas frecuentado por el que era mi actual clan.

Así que mientras la gente del hostal crudeaba y decidía si se haría algo, tomé mis chingaderas y me dirigí hacia el parque. Usando uno de mis últimos boletos de metro, ya que la caminata de 10 kilometros no me atraía tanto ese día (a pesar de que, aunque aun no lo sabía, ese día caminaría mucho pero mucho mas), tomé la linea 1 para llegar directamente. La linea 1 es el "minimetro", el mas antiguo de la ciudad. Y realmente es muy chistoso, hasta por la musiquita que viene antes del anuncio de las paradas.

Pero en efecto, te deja justo en el lugar. Y como era domingo, el parque estaba lleno de locales y niños haciendo sus cosas y gente por doquier; un día verdaderamente lleno de vida. El edificio en el que estan localizados los baños es una atraccion por si misma y está en los lugares a ver en tu tour por la ciudad. No es algo intensamente impresionante como el palacio pero es bonito. Entré por la puerta principal y cuando me disponía a pagar, vieron mi intención de sacar el malevolo plástico y antes de que lo hiciera me dijeron: Kredit Kard!? other DOOR! around, around!

Eso ya era absurdo, me sentía totalmente discriminado por mis preferencias crediticias pero bueno, nosotros los de "preferencias opcionales de pago" teníamos nuestra propia entrada del otro lado del edificio así que no me quedó otra que ir. Y en efecto,era para pago con tarjeta. Para entrar pagas una tasa determinada por una cantidad de horas, 5 si no me equivoco y en base al tiempo que tardes en salir, te regresan un valor decreciente por la cantidad de horas que no hayas utilizado de esas 5. Es un sistema interesante porque regresa dinero pero en realidad no es nada caro, así que el "refund" no es tan significativo.

Una vez dentro, hay una serie de albercas interconectadas que hacen en realidad una grande y masiva alberca con corrientes de agua y lugares con distintas temperaturas, está al exterior y podría tomarse como "patio central" del complejo. Rodeando este patio de albercas, están los saunas, vapores y albercas termales. Es un trip totalmente sensorial porque el lugar es enorme. Tiene albercas de todo tipo de temperaturas, con y sin corrientes, en areas renovadas y en otras que aun mantienen el estilo antiguo y misterioso que supongo tenía todo el baño antes de que lo remodelaran por secciones.

Lo único peculiar del asunto y lo no tan visualmente satisfactorio era la concurrencia, que sin exagerar constaba de un 90% viejos y viejillas crostosas. Pero bueno, iba a relajarme y no a otra cosa (ya que). Explorar el baño te toma un tiempillo al principio y esta cool porque encuentras todo tipo de recobecos con saunas y albercas extrañas. Hay saunas con letreros de supongo advertencias de seguridad, ya que no hablo hungaro pero entiendo el signo de exclamación (!) y el numero grande y resaltado que dice 50º. Ese es para locos o gente sin sentido del tacto, porque solo puedes durar unos 30 segundos adentro antes de salir corriendo riendote junto con la demas gente que hace lo mismo. Al lado hay otra serie de vapores, a distintos grados cada uno y afuera, las tipicas albercas heladas para los psicopatas que les gusta entrar al vapor y aventarse a la alberca helada. Aunque resulta divertido, debo admitirlo. En un tipo cueva bajo los saunas, había un vapor de mediana temperatura, junto con lo que era la alberca mas fria del lugar, otra con el signo de exclamación y el numero 5º.

Al principio despues de tocar el agua no te da la mas minima gana de entrar, pero despues de entrar al vapor, estar todo caliente y sudado y despues de haberte autoconvencido de lo pinche maricon que eres si no lo haces, sales con la convicción y la demencia requerida para hacerlo. Solo hay una manera, aventandose; porque gradualmente jamás lo harías. Por los pocos segundos que bastan entre que pierdes contacto con el suelo y lo haces con el agua helada piensas, o coño, que chingados acabo de hacer. Justo despues de eso, el silencio del agua cuando se mete a tus oidos y enmudece el splash, acompañado del frío mas brutal que vas a sentir, pasando de los 40º a un absoluto envoltorio de 5º. Se siente como si hubiera una aguja en lugar de vello en cada poro sin embargo, la euforia, adrenalina y revitalización en general que se siente, bien vale la locura.

Alrededor del medio dia yo ya llevaba 2 horas o mas remojandome cuando, paseando por las albercas exteriores, me encuentro repentinamente con los Australianos del tren Bratislava-Budapest. Ademas, quizá por la hora o no se porque, ya había una cantidad menos brutal de ancianos y ya se podían ver bonitos culos en bikini por aqui y por allá. Así que las cosas se pusieron mas interesantes ya que podíamos platicar de lo visto hasta el momento en la ciudad y de los bikinis que pasaban alrededor. Curiosamente, ellos habían explorado Buda, ya que su hostal se encontraba ahi, mientras yo lo había hecho con Pest, por la misma razon. Así que facilmente pudimos ponernos de acuerdo en que era lo que había que ver en cada lado y las pequeñas pendejadas que habíamos descubierto pero valìan la pena ver.

En su caso, habían descubierto un "mongolian barbecue", que es basicamente un bufet de todo tipo de carnes, pero con un twist. Las barras consisten de carne cruda en distintas preparaciones y despue de tomarla, la llevas a un grill masivo y los cocineros te la preparan. No era muy caro y permitían "amantes del plastico" en su interior. Con eso, se cerró el plan.

Pasé otras 2 horas ahi, porque como los australianos iban llegando, fuí de cierta manera el guia de turistas del lugar. Lo cool era poder retarlos a meterse a los lugares de temperaturas extremas y la carrilla que resultaba cuando uno joteaba. Ademas, como ya eramos 4, era mas facil aproximarse a los grupos de hembras que como todos saben, viajan siempre en manadas.

Cuando ya había absorbido toda el agua permitida por mi cuerpo y parecía anciano remojado, ademas de que moría de hambre y la idea del mongolian barbecue me había provocado un deseo casi erótico de comer cantidades masivas de carne, me despedí de los australianos y quedamos en ver que pedo para la noche. Me señalaron en el mapa la posible localización del lugar y me dijeron que tranvia tomar. Lo único era que, a pesar de que el tranvía era el corecto, el lugar señalado no lo era tanto...

De vuelta en el minimetro de regreso hacia el hostal, iba analizando las opciones y las aplicaciones que le daria a mis escasos Florines de los que era dueño. Necesitaba basicamente un boleto AHUEVO para el dia siguiente, ya que era imposible llegar a la estacion de tren caminando con la mochila cargando. Tenía basicamente 2 boletos disponibles contando el efectivo y uno que me había regalado el gringo de Michigan el primer día diciendome: bah! nunca se sube el inspector, yo anduve con este boleto todo el dia y nunca lo tuve que checar. Y me lo dío. De ahí surgió el plan. Un boleto quedaría guardado porque aun asi era riesgoso ir con la consigna de tener que meterme sin pagar al metro, el tranvia era mucho mas facil porque tenía los checadores dentro y en caso de ver al inspector solo te parabas en chinga y lo metias a la maquinita. Quedaba un boleto, ese lo usaría de esa manera, andar con el todo el día y regalarlo al final.

Llegué al hostal y a pesar de que moría de hambre, no comí nada para crear así un hambre tan intensa y brutal que me ayudara a llevar a la tierra al bufet. Para mi sorpresa no había nadie ahí mas que los terminalmente crudos. Alex me había dejado un recado con la muchacha amable y sexosa del mostrador que basicamente decía que se habían ido a los baños Gellert ella y el resto de las mujeres hacía aprox media hora, por si quería llegar.

Si, lo pensé durante un ratillo. Me metí a bañar, me cambié y para cuando salí la idea de volverme a meter a remojar por horas, a pesar de que sería en compañia de una turba de mujeres en bikini, no me llamaba del todo. Ademas, era mi ultimo día en la ciudad y no había cruzado el puente para nada. Total que autoconvencido que sería lo mejor dejé el recado que nos vieramos en la noche y que estaría turisteando por ahi lo que me faltaba de la ciudad.

Bien seguro de mi mismo salí en la total actitud Carpe Diem, motivado por mi omnipresente ipod de 80 gigas rebozando de música que quíza no conoscas y por los cielos azules y despejados. Pinches baños turcos ademas si te relajan (lo mejor es la alberca efervescente por cierto).

Caminé todo el trayecto hacia el tranvia que cruzaba otro de los puentes, pasando por el parlamento y lugares así. Tomé dicho tranvía, que tenía que tomar hasta una plaza en la que habrían de desprenderse todas las demás rutas. Inteligentemente me quedaba parado al lado de un checador y siempre en medio, ya que los inspectores tienen el demasiado predecible habito de aparecer en los extremos. Sin embargo, en el primer trayecto no hubo inspector, salí aun con boleto y con un marcador de Gustavo 1 - Sistema 0.

Oh pero que sorpresa me esperaba! Cuando logré descifrar las rutas de lo que era una plaza de interconexión, tomé el tranvia correcto y repetí la operación. Ahí habría de pasar 5 paradas y bajarme en la que me habían señalado los australianos. En estas 5 paradas, te alejabas lo mas posible de la riviera hacia los adentros de Buda antes de que en la 6ta, comezara a regresar, así que no había pierde, esa tenía que ser.

Habran pasado 2 paradas cuando de la pinche nada, surge un blitz de inspectores que muy seguramente se habían subido todos juntos por la naturaleza del intercambiador del que habíamos salido, para consecuentemente irse subiendo a otros. El punto era que derrepente, en uno de los tranvias viejos, de dos vagoncillos cagados, había 6 inspectores vestidos de civil colocandose sus banditas sorpresa, uno a escasas 3 pesonas de mi. Así que sin muchas ganas de averiguar que les sucede a los Blackriders, haciendo uso de mi mejor entrenamiento como espía, logré validar mi boleto mientras el inspector revisaba a su primer victima.

Y en efecto, durante las siguientes paradas, se iban bajando inspectores para agarrar los otros tranvías. Para cuando llegué a la 5ta parada me bajé en compañía del ultimo inspector con un boleto ahora inservible y el hecho inevitable de que estaba aproximadamente en "casa de la chingada" sin otro boleto para por lo menos poder subirme a uno de regreso con las precauciones necesarias. Despues de mi experiencia inspectoral, no tenía ganas de subirme sin resguardo.

Pero realmente no había ni que pensar, ya no tenía nisiquiera una de esas monedas inservibles de 10 Florines que la gente guarda como souvenir. No sabía donde estaba eso si, pero por lo menos, allá a la distancia, podía apreciarse el palacio. Por lo menos como Buda era montañoso, con cada subida de calle podría navegar el curso y caminarlo, ni pedo.

Como estaba en un lugar que para nada parecía lo que me habían platicado, pensé la posibilidad de haberme equivocado de parada con el incidente del tranvia, las estaciones estaban bastante separadas entre sí y en la parada, seguían 2 inspectores esperando un tranvía de regreso justamente. Esperé a ver si se iban juntos pero despues de un aburrido rato, pasó un tranvia y solo se fué uno de los malditos inspectores, aun quedaba otro lo que me colocaba dentro de 2 tranvías para poder regresar sin pagar. Ademas, que tal si en ese venía otro puto inspector?

Así que dejé por la paz la idea de los transportes publicos (por el resto del viaje, exceptuando el metro a la estación del siguiente día) y me tiré a la caminata mas larga que había hecho hasta el momento. Para cuando llegué a la estación anterior, me di cuenta que no la había cagado, en la que estaba era la correcta, sin embargo, en el mapa el restaurant estaba señalado entre estaciones practicamente. Lo extraño era que no había visto nada en el trayecto y comenzé a pensar la posibilidad de que las palabras del australiano de "no estoy muy muy seguro" a la hora de señalar el mapa hubieran estado mas acertadas que la señalizacion en si.

Pero siendo un hombre de acción no me iba a quedar sin mi chingada barbacoa mongolesa así que tomé una banca y comenzé estudiar el mapa. De acuerdo a donde me habían señalado que estaba su hostal, los puntos que habían mencionado durante sus historias y mas o menos el tiempo que estimaba había pasado entre las cosas que me habían contado y el momento en que encontraron el restaurant, tomando en cuenta la orografía y distancia entre estaciones, el restaurant en efecto tenía que estar aproximadamente por donde señalaba, sin embargo, muy seguramente estaría en un callejón, por eso no se veía desde las esquinas.

Tomé la calle que se me hacía la mas parecida de acuerdo a las descripciones y caminé hacia adentro, di un par de vueltas y en una de tantas di con un par de callejonsuelos que me dirigió a otra calle con salida a la avenida, en una esquinita cagada sin mas señalización que el letrero en el toldo ahi estaba, el maldito y pinche mongolian barbecue. Todo esto podría sonarte un poco increible pero toma en cuenta que soy un viajero profesional, sabemos hacer ciertas cosas muy exóticas e interesantes.

El precio del lugar aunque no era tan bajo, no era un asalto por todo lo que prometía. Otro dato que me habían dado los australianos era que, ademas de toda la carne que pudieras atascarte, era barra libre de vino y cerveza. Eso claro está, es lo que mas les había gustado del lugar, ya que salieron hasta el culo, por eso no se acordaban exactamente donde estaba.

Pero yo estaba confrontado ante una decision trascendental. Todo buen hombre sabe que en una barriga llena de carne, no entra la suficiente cerveza como para ponerse una peda. Si es tu deseo tomar ésta última, tendrías que limitar tu consumo cárnico a niveles "snackescos". Que hacer entonces? comer bien y aprovechar lo que podría ser la última comida cuantiosa ya que no estaba seguro si en Serbia las tarjetas existirían o, aprovechar el único pago posible con tarjeta que permitía vivir la experiencia Hungara al 100%?

Al final el veredicto resulto que dejaría que los acontecimientos ocurriesen y que no lo presionaría. Si la camarera era lo suficientemente audaz me mantendría humectado, si no, los parrilleros harían su parte. Me senté, verifiqué que en verdad aceptaran tarjeta y que no me rompieran el corazón al final (y la madre tambien porque no tendría con que pagarles). Al recibir confirmación, pedí una cerveza y me paré a la barra.

Oh cual fue mi celestial sorpresa al encontrar toda una variedad de cosas extrañas y potencialmente deliciosas! Que iban desde el clasico pollo, res, puerco y cosas así hasta cabra de nepal, caballo a la dzsingisz kan, pez gato africano y otras cosas que realmente no entendí. Sin embargo me serví de todo y comí como buen Mongolés. Ghengis Khan hubiera estado tan orgulloso de mi que habría llorado de la emoción.

Otra cosa intensa era la cerveza, que no era cualquier cosa ni un juego de niños; eran vasos altos de 24oz. Si estás al tanto de los tamaños estandar de las latas y botellas de cheve, podras saber que eso tiene el potencial de ponerte pendejón con 3 o 4 unidades. Yo logré tomarme 3 porque la guerra la ganarón las parrillas pero si salí bastante agusto del lugar despues de una hora y media aprox.

Con la panza llena y una muy larga caminata por delante para bajarla, me dirigí hacia la avenida para de ahí ver que rumbo tomar. Tomando en cuenta mas o menos donde estaba el palacio y las calles que había por delante, caminé por un rato, no se cuanto tiempo entre lo que era supongo un area residencial antigua o no se que chingados. Eventualmente llegué a la avenida que va a dar al tunel, que a su vez cruza el puente chingón que te lleva de regreso a Pest. Eso me hacía en la dirección correcta, ahora solo bastaba turistear.

Lo unico dificil es que aqui no es plano como del otro lado y para subir al palacio es necesario tomar toda una serie de calles en ascenso y escaleras y etceteras (o un práctico y veloz funicular que la gente con monedas podía usar). En mi caso las escaleras eran la única opción así que me hice a la idea de un buen ejercicio para bajar la mongoliza que me habían puesto. Cuando llegas a la cima es muy interesante de hecho y un tanto satisfactorio (claro, dejaste medio higado subiendo), por la vista que tiene de la ciudad. Putos hasburgo realmente sabían como vivir la vida y la maginitud de este palacio dejaba en ridiculo hasta al de Vienna (quizá no todo el complejo y la red de palacios anexos pero en cuanto al edificio principal si). Ahí dure bastante tiempo idiotizado viendo a la nada, porque era una vista muy chingona. Mas cuando estás escuchando "Mike Mills" de Air y otras rolillas así para ambientarte.

Como es normal dada su posicion elevada, la vista de este lado es mucho mejor y mas imponente que la del otro lado, a pesar de que en si son únicas y muy diferentes las dos. Del lado de Buda lo que domina es logicamente el masivo palacio, en Pest, el parlamento, el puente y las catedrales.



Hay un cierto aire de autosatisfacción el estar ahi parado. Puedo ver porque los Hasburgo decidieron poner su palacio en ese lugar. Para mi, era el hecho de haber caminado tanto durante tanto tiempo despues de tantos kilometros recorridos en trenes y aviones y barcos, el haber pasado tantas pendejadas, carencias, aventuras y el haber conocido a tanta gente. Además, estaba el hecho de que aún faltaba mucho por recorrer y quizá la parte mas desconocida. No tenía ni idea realmente en que me estaba metiendo o que iba a hacer, no sabia siquiera que esperar.

Eso era en lo que se refiere al viaje, respecto a mi, había estado pensando bastante durante aquellos días y ya podía notar que apesar de haber viajado tanto antes de esto, nada se comparaba a la experiencia de hacerlo solo, con difiicultades y en lugares donde la navegaciòn no es tan sencilla. Esto era realmente el meterse dentro de un viaje y estar en inmersión total. Eso sin que te des cuenta, te empieza a cambiar. Para cada quien el cambio es diferente y varía de acuerdo a lo que estes buscado y a lo que estés acostumbrado. Las cosas sobre las que quieras ahondar y cualquier demonio que te persiga cuando estas solo. Sí te haces un poco mas humilde, aumenta tu capacidad de asombro, aprecias mucho mas el lado sencillo de la vida, lo mucho que te da poco la mayoría de las veces y como en algunos días, sin nada de por medio realmente mas que la ausencia de lluvia para poder salir, puedes vivir algo tan diferente y tan único que seguramente quedará grabado para el resto de tu vida. Aveces, como habría de ocurrir esa noche, hasta con lluvia sucede.

Y así le di la vuelta al palacio que suena mucho mas facil de lo que es en realidad y me metí a la ciudadela. Ahí claro todo esta en ingles, pagable con tarjeta y absurdamente caro. Hay un chingo de turistas y los camiones que los llevan. Restaurantes temáticos y terrazas con las mejores vistas y las bebidas mas caras. Yo caminé por ahi hasta que anocheció y mientras lo hacía, comenzé mi descenso y eventual llegada al "Chain Bridge" que me llevaría de regreso a Pest y el hostal. Eso en sí tomó una hora ya que aun habia que tomar algunas calles por barrios muy pintorescos y típicos del antiguo Buda. Para cuando llegué al puente ya era de noche y habían prendido las luces de los palacios e iglesias. La vista de esto al cruzar el puente es imponente y te pierdes en los estimulos que te rodean, el danubio que pasa por debajo siempre lleno de barcazas y yatesillos de todo tipo...

Caminé asi perdido en la sensorialidad hasta que me di cuenta, mas o menos a la mitad del puente, que éste está infestado de arañas. Y yo tengo lo mio de aracnofóbico, o por lo menos ahí se hizo mas evidente ya que me sentí profundamente de la verga y no me quedó otra que apresurar el paso para lograr salir de tan terrible situación. Me provocaba frustración ver a las personas que se recargaban contra el borde, como lo había hecho yo minutos antes, sin darse cuenta aún de las tremendas arañotas que tienen a 5 cm de la panza. Lo mejor que puedes hacer es no notarlo o claro, tener una afición por las arañas... pinche loco.

Ya del otro lado de las arañas, permanecí un rato sentado en la riviera, viendo solamente las luces y todo lo que en ese momento me rodeaba. El cielo estaba particularmente despejado y no había señal alguna de que fuese a llover. Por lo menos el día que fuí al Statue Park me había llovido así que ya tenía mi mojada de Budapest.

La noche tambien era muy calida, a pesar de que a momentos unas rachas de aire extrañamente frío si motivaban a ponerse una chamarrilla. Ya cuando el aire se había puesto un tanto raro y como ya era bien de noche decidí regresar al hostal y ver que habría para ésta, la última noche en una de las ciudades mas increíbles del mundo.

El hostal estaba lleno a reventar. Al parecer habían llegado un chingo de australianos y otros 3 americanos. Las mujeres estaban en su cuarto con la puerta cerrada muy seguramente arreglandose para lo que indicaba ser otra noche fuera. En el cuarto común, los nuevos australianos se conocían con los residentes y compartian alcoholes. Éstos, venían mucho mas parisudos y mas preparados al parecer; pues no se andaban con cervezas o precopeos ligeros, ellos traían botellas de vodka, red bulls y cosas para mixear. Yo despues de saludar y ver que pedo con la gente nueva, me fuí a bañar para alistarme igual en caso de que algo sucediera.

Al salir de mi cuarto, listo para lo que fuera, fuí bienvenido por Alex, con quien platiqué un rato sobre mi día, como me había ido a los otros baños en la mañana y mis aventuras con el tranvia y caminar medio budapest. Ella me contó igual de lo que hicieron y eventualmente nos unimos de vuelta a la turbulenta masa que era ahora el cuarto común. Nos sirvieron vodkas con redbull y mientras todos tomabamos empezó a gestarse un party masivo ya que todos se habían llevado a toda madre. Finalmente, al terminarse el vodka y despues de que la recepcionista amable y sexosa sacara una botella del pisto local, que es un vodka de ciruela muy bueno por cierto, por decisión unanime decidimos salir a la isla.

La isla, es precisamente eso; entre Buda y Pest a la altura del Parlamento, comunicada por un acceso desde el puente. En esta, hay toda una variedad de antros, bares, cafes y chigadera y media, es basicamente una isla de fiesta. Y así nos dirigíamos para allá en parvada todos los habitantes del hostal, en lo que bautizamos por su similitud con los viajes que llevan su nombre, el "contiki tour". Porque? se preguntaran. Los contiki tours, son unos viajes organizados para gente joven, usalmente menores de edad en la práctica y es una manera de recorrer europa por primera vez, usualmente como viaje de graduaciòn de la prepa. En Vienna me crucé con uno de estos y si, es un cagadero, lo que los hace particulares y por lo que bautizamos nuestro recorrido así es por que, inexplicablemente casi siempre tienen un contenido minimo de 70% de australianos. En esos tours, como en nuestro grupo, los australianos son la aplastante mayoría.

Primero paramos en una tienda para comprar provisiones, en Budapest es permitido pistear en la calle así que es tonto no hacerlo. Yo en ese punto no tenía ni la noción siquiera de lo que es tener dinero, sin embargo, sin que yo dijera nada Alex en un gesto que usualmente transforma a las mujeres en santas, me compró un par de latas altas de Stella Artois (cerveza belga muybuena). No hay mejor manera de halagar a un hombre que comprandole cerveza, eso es un hecho.


Caminamos entonces por la riviera, en dirección a la isla. El recorrido por si solo fue algo muy entretenido por la variedad de personas y las distintas historias de aquellos que no habiamos conocido en el hostal. Los nuevos americanos resultaban ser de Los Angeles, así que de esa manera se consolidó la Unión Californiana de Pariseo. La isla en sí es como un pequeño bosque, con un camino central transitado por peatones y cada determinada distancia hay un bar o un antro. Asi nos fuimos metiendo a varios de los primeros y eventualmente nos quedamos en uno que era una mezcla entre galería de arte y antro terraza, muy efectivo por cierto.

Ahí como nuestro grupo era una fuerza parisuda por si sola, no hacía falta mucho ambiente para pasarla bien. Alex que era una ávida fan de cualquier actividad física la pasaba bailando interminablemente por relevos, ya que no había manera de aguantarle el paso. Así transcurrió la noche de bar en bar y en un gran party del que algunos iban quedando regados en los lugares a los que entrabamos.

Aun así, el grupo permanecía grande y la fiesta "on demand". Sin embargo, para aprox. las 2am yo ya estaba dando las últimas. Principalmente por 3 factores, uno era evidentemente el cansancio masivo de haber caminado en conjunto de 40 a 50 km en los dos últimos días y el bailar las últimas horas, la segunda que tenía al día siguiente que seguir el camino y tercera que estaba mas sobrio que un patrullero. Y sin la misteriosa anestesia de la cerveza me empezaba a sentir fatigado.

Fuí con Alex, le expuse la situación y sorpresivamente me contestó que qué bien, porque ella tenía ya ganas de irse desde hacía un ratillo ya que el bailar en el tacon, aunque bajo, que llevaba la había cansado.

Nos despedimos de la concurrencia y ante la usual especulación y el hecho de que hacía escasa media hora un americano se había ido con una australiana de regreso al hostal, nos despidieron con mucho apremio y aprobación, apurandonos a irnos.

La caminata de regreso, que era lenta por los tacones cansados de Alex, tomó un inusual curso mas personal que las pláticas de ántes. Había algo de lo que no me había hablado y eso era de su vida en San Francisco, ya que de ahí se desprendía obviamente uno que otro problema. En ese momento me platicó de los detalles y el porque estaba cansada de su relación. Tambien me platicó que era nadadora (explicando muchas cosas) y lo que quería hacer después de graduarse. Ella estudiaba la carrera como enfermera, quería ingresar a un programa que la llevara a poder ejercer fuera de los E.U. preferiblemente en paises tercermundistas, especificamente El Salvador, para ayudar a los niños. (no se porque extrañamente a todas las que les da por salvar al mundo o ayudar a los niños se quieren ir a El Salvador, como habría de volver a escuchar antes de que se terminara el año). Tambien me platicó que ya sabía cual sería la última parada de su viaje antes de volver a casa: Madrid.

Seguíamos platicando de su vida, de la mia y de la vida en general y de como en Madrid tendríamos la oportunidad de volvernos a ver, ya que ella exigía que yo fuera su guía de turistas. Ésto, ampliaba el espectro de las posibilidades de una manera insospechada, ya que no tendría que aplicar ninguna apresurada técnica mientras aún estaba con el rollo sentimental de su bato/exbato y podría darme el lujo de esperar a que Madrid ejerciera su magia.

El cielo era claro, o por lo menos así lo era al momento que se perdió entre los árboles. Sin embargo, mientras nos aproximabamos a la salida de la isla, sin ninguna advertencia, se vino el diluvio.

No había realmente mucho que hacer, salvo correr ya que en el puente no había cobertizos, la situación era un tanto graciosa por lo repentino y lo extraño de lo que estaba pasando, ademas del hecho de que ella traía tacones y realmente no podía correr. Sin embargo la lluvia era tal que no había otra opción que quitarselos y tratar de llegar a algun punto. La subí a mi espalda en lo que sorteabamos la tierra y las piedras y una vez sobre el puente corrimos lo mas rápido que se pudo. En ese momento no había palabras, solo risas y una fascinación inherente por estar empapado totalmente sobre un puente en Budapest. A pesar de, nos parabamos para admirar a momentos lo increible del paisaje y como el danubio cobra vida cuando llueve. Pero la lluvia arreciaba y teníamos que volver a correr, hasta que llegamos a una esquina ya cerca del parlamento que serviría de refugio.

Ahí fue donde ella finalmente dejó salir todo lo que hasta el momento la tenía aprisionada. El como no podía evitar sentirse atraída a lo que le hacía daño y la pendeja en lo que la transformaba el no poder escapar. De como en un mundo perfecto ella podría darle la espalda a todos sus problemas y olvidarlos, pero que no era capaz de hacerlo y por eso lloraba al telefono. Tratando de terminar algo que no quería ser terminado. Algo que ella misma no podía terminar.

Yo traté de decir lo que mas pudiera servir pero en realidad lo único posible por hacer era escuchar. O tomar su mano y seguir corriendo.... Me detuve frente al parlamento y bajo la lluvia le dije como a pesar de lo que sea, tomara en cuenta donde estaba y qué estaba haciendo, que el hecho de volver o no volver no debería transtornar un entorno tan fascinante y menos cuando le podría estar sacando tanto provecho. Que de alguna manera me había conocido producto de un chingo de casualidades y que gracias a eso no había pasado por esa soledad que te pone a pensar. Que tomando todo eso en cuenta, podía darse la oportunidad de, por lo menos por lo que restaba de la noche, de ser una persona sin futuro ni pasado.

Y se hizo un silencio solo roto por la lluvia, que comenzaba a amainar. Sin decir nada fue su turno de hacerme correr y solo giramos de calle en calle, parando por las esquinas sin pensar en mucho mas allá que pisar un charco profundo. Y realmente nada importaba, una vez mas, que justamente las cosas necesarias y lo que conformaba ese momento; nada mas que aire, la noche, Budapest, las calles mojadas y por supuesto, la lluvia, ella y yo. Por un momento yo tampoco tuve pasado ni futuro. Y me gustó la libertad.

La noche transcurrió y nunca hablamos de lo que vendría al siguiente día, si me iba o me quedaba y si la volvía a ver despues. Por primera vez en mucho tiempo, solo ser y estar.


Al siguiente día empaqué mis cosas y encontré la manera de contener mi supermercado dentro de la mochila. De algun modo funcionó y aunque la hizo mas pesada, el haber quedado dentro de la bolsa no la desestabilizó o desbalanceó, como el haber traído cosas colgando. Me despedí de quienes tendría que despedirme, le di mi llave a la muchacha amable del mostrador y me marché.

No habrá necesidad de explicar que fué un recorrido un tanto dificil, comenzando por las escaleras mas largas; las que no quieres bajar. Pero eventualmente lluegé al metro y al salir ahora si tomé por el lado renovado de la estación y vi la diferencia entre ésta y la que hacía 4 días había servido de escenario para las extrañas coincidencias de la vida.

Tenía un tren que tomar que a pesar de tener un destino era un tren a ninguna parte. Ya realmente no sabía que esperar ni esperaba nada. No había hecho mas planes fuera de revisar donde había hostales y hacer una reserva simbolica en el que estaba mas cerca de la estación de tren. No sabía a que hora llegaría ni si sería de día o de noche. Todo lo que tenía era un espiritu renovado y una insaciable sed de camino.

Cuando llegó el tren al andén me sorprendió con su modernidad y tamaño. Era un tren bastante largo y nuevo que cubría el recorrido Vienna-Belgrado, mucha gente se bajó ahi, lo cual garantizaba varios compartimentos vacíos.

Antes de subir me quedé un momento viendo a la gente, como si buscase una cara familiar entre los desconocidos. El tren lo abordaron pocas personas, siendo yo el último quizá, ya que mientras caminaba por el pasillo en busqueda de compartimiento, Budapest empezó a marcharse lentamente por las ventanas...

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